Esperando la muerte como un gato
que va a saltar sobre la cama.
Me da tanta pena mi mujer.
Ella verá este cuerpo blanco rígido.
Lo zarandeará una vez y luego quizás otra
Hank no responderá.
No es mi muerte lo que me preocupa,
es mi mujer que se quedará con este montón de nada. Quiero que sepa sin embargo
que todas las noches
que he dormido a su lado
incluso las discusiones más inútiles,
siempre fueron algo espléndido
y esas difíciles palabras
que siempre temí decir
pueden decirse ahora:
Te amo.