
Hernán tiene veinticuatro años y un precario trabajo como recadero. Desde que su familia emigró a España huyendo de la crisis que atraviesa el país vive solo en su casa familiar, ahora vacía y llena de recuerdos. Está enamorado de Patricia, una empleada de una estación de servicio a la que todavía no se ha animado a expresarle sus sentimientos. Pero todo cambiará cuando al enterarse de que Pato busca hospedaje, se ofrece a alquilarle una zona de su propia casa.