Okupas es una miniserie argentina escrita y dirigida por Bruno Stagnaro y producida por Ideas del sur.
Un relato urbano conflictivo que detalló minuciosamente el duro contexto de los que viven en casas tomadas.
Okupas, realizada bajo la dirección de Bruno Stagnaro, cuenta la historia de Ricardo (Rodrigo De La Serna), un chico de clase media y tres amigos casuales, El Pollo (Diego Alonso Gómez), Walter (Ariel Staltari) y El Chiqui (Franco Tirri), que tienen como punto en común una vieja casona venida a menos. Allí se refugiarán y vivirán las más variadas aventuras, desde sus problemas con las drogas hasta la lealtad y el amor por los amigos.
Capítulo 1: Los cinco mandamientos
En este capítulo, se ve el desalojo de una casa tomada en una dirección ficticia del Pasaje del Carmen, en el barrio de Congreso y cómo Clara, su dueña, le ofrece a su primo Ricardo que se instale en ella, con el fin de evitar que sea tomada, y le marca cinco "mandamientos":
No quilombo
No drogas
No música fuerte
Chicas con discreción
No meter a nadie en la casa (Esta es la consigna más importante y la que él más desobedecerá)
Ricardo llama a la casa del Pollo, que no se encuentra, pero su madre deja anotada la dirección de Ricardo. El Pollo está en ese momento cobrando una deuda, y luego pasa por la casa donde vive con los pibes con los que "rancha" en Dock Sud, peleándose con el Negro Pablo porque no se estaban respetando los códigos del grupo y yendo luego a su casa, sin lugar donde quedarse. Tras una breve discusión con su madre, encuentra el papel con la dirección de Ricardo y se dirige hacia su nueva casa. Simultáneamente Ricardo comienza a instalarse y a reconocer su nuevo barrio, sus vecinos y los comercios, incluyendo un linyera que le pide unas monedas, un almacenero chino y una chica que lo acusa de haberla espiado. Ya llegada la noche, empieza a escuchar martillazos contra la pared medianera. Baja a la calle, buscando dar con el timbre del vecino que lo está perturbano, y en eso encuentra a Peralta, un paraguayo que desde un balcón le contesta irónicamente que ellos "tienen tendencia a construir paredes" y no a tirarlas abajo. Como los ruidos persisten, Ricardo sale a buscar a un policía, quien le pide los documentos, luego pide ayuda al almacenero chino, y a un grupo de chicos que lo termina persiguiendo para robarle, hasta que encuentra a un paseador de perros (Walter) en la Plaza Congreso y le pide que lo ayude por unos pesos. Al llegar a la casa los golpes en la pared siguen y Ricardo, Walter y sus perros suben. Ricardo fracasa en su plan de hacer ladrar a los perros para lograr que quienes le están martillando la pared desistan y ambos se dedican a gritar y golpear en respuesta. De repente, un agujero se abre en el muro y Ricardo reconoce a Peralta a través del mismo, escuchando una voz del otro lado que dice "vamo' a hacerlo' cagar", ante lo cual Walter decide irse, asustado. Al llegar abajo suena la puerta, pero aunque ambos se preparan para atacar a los vecinos, resulta ser el Pollo que llega con un amigo, el "Chiqui", el hombre que había estado pidiendo monedas esa tarde. Suben todos al escuchar un ruido fuerte, y encuentran a Peralta ya dentro de la casa, junto con un grupo numeroso de hombres que viven hacinados con él en el departamento vecino y quienes están ya instalándose. Tras una discusión en la que Walter se burla del grupo de Peralta, se desata una pelea despareja entre los vecinos contra Ricardo y Walter, la que Peralta solo observa y en la cual ordena que "le hagan saltar todo su chocolate a los dos" pero el Pollo, que hasta ese momento se mantenía al margen del conflicto, saca silenciosamente un revólver y amenaza a Peralta.
Capítulo 2: Bienvenidos al tren
Peralta y sus compañeros abandonan la casa y tapan el agujero con la promesa de arreglarlo al día siguiente, amenazados por el Pollo, quien es invitado por Ricardo a vivir con él para cuidar la casa, y acepta. Ya instalados los cinco en la casa (Ricardo, Walter, Pollo, Chiqui y Seve), Ricardo confiesa que quiere probar la merca. Le pide al Pollo que lo ayude a conseguir, pero éste se niega. Finalmente le pide a Walter y ambos le anuncian al Pollo que van a ir a "pegar". El Chiqui consigue que el Pollo los acompañe cuando al preguntarle, contesta "Si hay merca, yo estoy". Los cuatro se dirigen a la estación Constitución para tomar el tren a Quilmes. Pasan un buen rato buscando al dealer, y aunque Walter asegura que conoce la zona, los demás sospechan que en realidad está buscando a ciegas. Finalmente consiguen la cocaína y van a tomarla a la costanera de Quilmes. El capítulo cierra con Ricardo tomando su primer "pase" junto al Chiqui y Walter, mientras el Pollo se niega.
Capítulo 3: El ojo blindado
Ricardo no siente los efectos de la droga y empieza a criticarla, mientras sigue tomando e insulta al dealer, hasta que se da cuenta que está sintiendo los efectos, diciendo al Pollo que "es como una sensación de poder". Eso marca el cambio completo en Ricardo en este capítulo. Se siente con poder. Encara a una prostituta junto a Walter, y como no consigue el precio que desea, la insulta y se violenta, luego entra al baño de un restaurante para seguir consumiendo cocaína y termina huyendo del lugar con un pollo que roba de la mesa de un comensal, fuera de sí. Festeja el ilícito reflejando el cambio que siente en él mismo: "Antes no robaba y ahora sí", "así que ahora me voy a dedicar de lleno al choreo... de pollos", delira. Finalmente el Pollo se separa del grupo, cada vez más enojado con Ricardo, que lo confronta por haberse negado a ayudarle a conseguir la droga y por no sumarse al festejo. Walter y Ricardo dejan al Chiqui en una sala de fichines y se van a un boliche, donde Ricardo se pelea con un patova y termina echado a los golpes. Lo asisten Walter y Chiqui, que había conocido a una chica jugando al pinball. Estos últimos invitan a Ricardo y Walter a ir al río, en donde estaban las amigas de la chica. Ambos se acercan a un fogón donde están tocando la guitarra, y el Chiqui los presenta. Van a buscar leña para avivar el fuego y Ricardo se siente enamorado de una de las chicas. Mediante una estratagema termina con la guitarra, tocando "El ojo blindado" de Sumo. Mientras, el Chiqui se retira con la chica para “caminar un rato”. En esto llega el Pollo, que acababa de consumir una dosis de cocaína, violento, termina espantando al grupo de chicas y golpeando a Ricardo con un pescado, descargando su enojo por lo acumulado durante el día. Tirado en la arena, Ricardo comienza a gritar y asusta a Walter, haciendo que el Pollo vuelva a pesar de la bronca, pero sólo se trata de los efectos de la droga. Finalmente, encuentran al Chiqui que sale de atrás de un anfiteatro y todos se toman el colectivo 85 de regreso a capital con Ricardo casi inconsciente. Cuando llegan a la casa y se acuestan, toca la puerta Clara.
Capítulo 4: El beso de Judas
Clara descubre que Ricardo metió gente en la casa, rompiendo el principal de los cinco mandamientos que le había marcado al encargarle el cuidado del lugar, y lo presiona para echar a sus amigos, bajo amenaza de irse él también. Ricardo reúne a todos y les miente, diciendo que surgió un comprador para la casa, por lo cual todos tienen que irse. Walter se da cuenta de la mentira de Ricardo y lo acusa de Judas, de traicionar a aquellos que le salvaron la casa de cuando quiso entrar Peralta. El Pollo prefiere no insistir, y solamente el Chiqui cree inocentemente la excusa, y agradece el techo prestado. Ricardo empieza a sentir la soledad en la casa, cuando lo sorprende súbitamente un chico que saltó la medianera hacia su terraza. Es Ezequiel, hijo de Sofía, que había aparecido en el primer capítulo recriminándole que la estaba espiando, y resulta ser la hija de Peralta. Ella le muestra la casa, mientras le cuenta que solía vivir su mejor amiga, antes del desalojo. Ricardo y la chica se intercambian miradas y gestos de atracción, y el chiquito encuentra la navaja olvidada del Pollo. Le pide a Ricardo que se la regale, pero él se la cambia por un juguete. Sofía y Ricardo se despiden con un súbito beso. Paralelamente, Chiqui pide monedas en la calle, mientras el Pollo y Walter van a cobrar la deuda que había quedado pendiente desde el primer capítulo, pero los "pibes" que viven con el Pollo en el "docke" ya se la llevaron, por lo cual terminan yendo a buscarla al departamento donde viven. Ya en las torres de Dock Sud, el Pollo va a encarar sólo a sus ex-amigos, entre los cuales el que manda ahora es el Negro Pablo, quien está resentido con él por haberse ido del departamento y dejado de pagar su parte del alquiler. En eso llega Walter con el revólver del Pollo y exige que le entreguen la plata que debía haber cobrado, ante lo cual todos se ríen, y el Negro advierte al Pollo que no lo quiere ver más por ahí, "y mucho menos con giles", luego de arrojarle el dinero de la deuda. Mientras tanto, Ricardo y el Chiqui se encuentran en la Plaza Congreso, y Ricardo averigua que el Pollo volvió a su viejo departamento, ante lo cual reacciona, arrepentido por haberlo echado. Mientras toma el colectivo 159 a Dock Sud, el Pollo y Walter están volviendo a Capital con la plata que consiguieron. Ya en la Plaza Congreso, ambos se encuentran con el Chiqui, que aún no conseguía una moneda "por la marcha de jubilados". Les cuenta que Ricardo los fue a buscar al Docke, y el Pollo reacciona rápidamente sabiendo que su amigo está en peligro. Ricardo llega al conjunto de torres, y es atendido por el Negro Pablo y dos amigos, que rápidamente se dan cuenta que es un "gil" amigo del Pollo, y lo invitan a pasar. Mientras le mienten diciendo que el Pollo iba a volver al departamento, lo invitan a tomar vino con ellos, manteniendo formas entre amables y amenazadoras, mientras juegan con él en un tono cómplice que raya la agresión, Ricardo por su parte trata de no ceder a la presión y les sigue el juego. En un determinado momento en que el grupo no encontraba con qué abrir un vino, Ricardo presume exhibiendo la navaja del Pollo y el "mulo" del Negro Pablo con la excusa de querer verla se la pide para luego guardársela, algo que debido a la presión Ricardo decide ignorar. Las horas pasan y se hace de noche, Ricardo ya está asustado y se quiere ir, ante lo cual el tono del Negro Pablo comienza a volverse más violento, ofendiéndose repentinamente con él por “despreciarlo” luego de haberlo invitado a pasar a su casa. Cuando Ricardo insiste en irse, es golpeado por los tres personajes, que le sacan la ropa y le anuncian que lo van a violar. En eso tocan el timbre, y quien se anuncia como un comprador de drogas es en realidad el Chiqui. En ese momento, entran Walter y el Pollo y se arma una hecatombe en la que terminan rescatando a Ricardo. El Pollo es apuñalado con su propia navaja, que luego cae y termina en manos de Ricardo, mientras los cuatro amigos escapan con el herido en hombros, encerrando al Negro Pablo y a sus secuaces en el departamento.
Capítulo 5: El mascapito
Chiqui y Walter ayudan al Pollo a escapar de la torre, mientras Ricardo permanece en shock y no puede hacer más que llorar, pero acompaña al Chiqui para pedirle a un fletero (Claudio Rissi) que los ayude a trasladar al Pollo, aunque él los mira con desconfianza y se niega, echándolos. Entonces, Ricardo regresa e insiste, ahora amenazándolo con la navaja que había recuperado antes de escapar. El fletero no se inmuta, pero decide ayudarlos sólo por pena. El Pollo no puede ir a un hospital por sus antecedentes penales, así que todos deciden llevarlo hasta la casona, y deben disimular la situación frente a un policía cuando paran en el peaje de la Autopista a La Plata, Ricardo casi echa todo a perder pero el fletero, con astucia, lo evita. Mientras Walter busca aguja e hilo en una farmacia, Ricardo pide disculpas por todo al Pollo, y este las acepta, ya que reconoce que lo había ido a buscar al Docke para reconciliarse. Al llegar a la casa se encuentran con Clara, quien esperaba a Ricardo para hablar con él y descubre que su primo no dio marcha atrás con respecto a la discusión anterior, pero Ricardo no le da lugar porque se dedica a coser la herida en el abdomen del Pollo. Mientras Ricardo y el Chiqui buscan analgésicos para calmar el dolor del Pollo, Clara se queda cuidando al Pollo, y comienzan a hablar confrontando, pero luego van llegando a un tono más amistoso, hasta que los demás vuelven de la farmacia y los interrumpen. A la mañana siguiente, Ricardo va a ver a Clara en su estudio, pero tomando una posición muy distinta a la sumisión que venía mostrando: esta vez le exige como condición sine qua non para seguir viviendo en su casa que sus amigos se queden a vivir con él. De vuelta en la casona, Ricardo logra convencer a todos de quedarse ahí, y como Walter desconfía, les pide disculpas. Clara piensa echarlo, pero cuando lo va a ver a la casa, se encuentra con el Pollo, que sigue intentando seducirla, y no dejan de intercambiar miradas. Ricardo va a la Vuelta de Rocha para pagarle al fletero, le explica la situación que vivió la noche anterior, y éste se decide a ayudarlo para enfrentar al Negro Pablo. Esa noche, Ricardo enfrenta al Negro en el parque de las torres de Dock Sud, le exige que le pida perdón y ante su negación, aparece el fletero con dos amigos, que le dan una paliza, dándole además la oportunidad a Ricardo para desquitarse golpeándolo. Cuando todos creen que el Negro ya no va a seguir provocándolos, éste se levanta del piso y le rompe una botella en la cabeza al fletero, quien resiste el golpe, el Negro Pablo todavía reducido en el suelo, lo amenaza "tengo un plomo para vos viejo antichorro" a lo que el fletero sangrando le retruca "¿así que sos guapo vos?, ahora vas a ver lo que hacemos con los guapos como vos". El grupo ata al Negro Pablo y lo dejan golpeado y desnudo en el Puente Avellaneda, en ese momento Ricardo siente compasión por él pero el fletero le dice que lo deje, que "ya es un asunto personal".
Capítulo 6: Los mantenidos
Finalmente el Pollo termina de seducir a Clara, y llega a tocarla, pero ella se levanta y se va repentinamente. Mientras el Chiqui y el Pollo están cenando llega Walter, y cuando le preguntan sobre Ricardo, él recuerda vagamente que lo llamó, hasta que hace memoria: "dijo que lo tiene encadenado al Negro Pablo". Todos viajan en el colectivo 152 hasta donde los esperaba Ricardo, y van hasta el Puente Avellaneda a ver al Negro Pablo, para descubrir que se había escapado. El Pollo advierte a Ricardo "el pibe este no se olvida más de vos, si te lo cruzás te mata". Al volver a la casa luego de un paseo por la Avenida Corrientes, un Ricardo envalentonado encara a Sofía, la hija de Peralta. Charlando por el pulmón de manzana, la provoca desde la terraza, ella salta la medianera, y terminan pasando la noche juntos. A la mañana siguiente, ella le cuenta que está terminando los estudios secundarios en una escuela nocturna; y después el Pollo le pregunta a Ricardo si el Negro Pablo le había robado la billetera cuando estuvo en su departamento, porque de haberse quedado con su documento de identidad, ahora podría identificarlo e irlo a buscar. Tomando conciencia del peligro, Ricardo lleva a Sofía a dar “un paseíto por su pasado”: visita primero a su abuela, y luego a su familia directa, para comprobar que el Negro Pablo no había pasado por sus casas. Mientras, le cuenta a Sofía de su banda de rock, que se llamaba “Los Mantenidos” y estuvo a punto de presentarle un demo a Daniel Grinbank. En paralelo, Clara cita al Pollo en el estudio donde trabaja, para confesarle que le gustó lo que había ocurrido la noche anterior, y tienen un encuentro fugaz en uno de los baños de la oficina. De repente todo empieza a darse con normalidad en la casona: germina una semilla de marihuana que el Chiqui había plantado en el segundo capítulo, simbolizando que los amigos están "echando raíces" en la casa. Entusiasmados con la idea de hacer un cultivo, construyen un invernadero. Pasa el tiempo y la planta sigue creciendo, mientras los cuatro comienzan a acondicionar la casa, trayendo muebles, limpiando el desorden y arreglando las habitaciones. De repente su vida era cómoda, pero llega un comprador serio, y todos se tienen que ir. Ricardo tiene una discusión con Sofía mientras atraviesan una protesta gremial en Plaza Congreso: ella tiene esperanzas de terminar el secundario, y él concluye que abandonó la facultad porque sentía que ahí no le enseñaron nada, y que estudiar para tener un título “no sirve para un carajo”. Sofía le confiesa que sabe que en algún momento él se va a ir, porque su experiencia en la casa tomada no es más que “unas vacaciones raras”, porque ya tiene el futuro asegurado, y en cambio ella va a seguir viviendo ahí toda su vida si no busca el progreso estudiando. Echados de la casona por Eduardo, otro de los primos de Ricardo, los cuatro amigos caminan por la calle y terminan en el baño del Centro Cultural San Martín, donde Ricardo toma la delantera para obligar a unos músicos a tocar para ellos "la quinta de Mahler". En otra muestra del rompimiento de Ricardo con todo estándar de vida de la clase media, luego roban una tenaza de un local, rompiendo la vidriera y corriendo.
Capítulo 7: Paranoia
Al día siguiente al desalojo de Ricardo y sus amigos, sus primos llevan a Linares, el nuevo comprador, a la casa, pero la puerta está trabada por dentro, y desde un balcón se asoma Peralta. "Medio Polvo", amigo de Peralta, se asoma por los gritos de los primos contra Peralta, y junto comienzan a insinuar que habían estado en contacto con el primo de Ricardo, haciendo desconfiar a Clara y causando una pelea entre ambos. Finalmente, el comprador se retira asustado, y los okupas les arrojan huevos desde los balcones. Mientras intentan llamar a la policía, Clara nota que Ricardo estaba entre los "nuevos" okupas, lo confronta, y termina echada de su propia casa. Peralta se queda con una habitación a cambio de la ayuda, y les ofrece a los amigos un abogado, Miguel Ángel Vacca, que les daría las escrituras cobrándoles 300 pesos. Ricardo plantea conseguir el dinero y todos aceptan una changa ofrecida por Peralta, excepto el Pollo. Al día siguiente, el grupo sale a trabajar en una camioneta, y Ricardo les pide que paren frente al departamento de su familia para darle un regalo a su hermanita, quien al bajar a recibirlo le entrega un sobre con su documento, una señal del Negro Pablo que ya lo tiene “fichado”. Paranoico, Ricardo vuelve a la casa y deja a Chiqui y Walter con los demás okupas, que siguen rumbo a su nuevo trabajo. Mientras tanto, el Pollo intercepta a Clara en un taxi. Aunque comienzan discutiendo, terminan yéndose a un telo juntos. De repente, Clara tiene que salir corriendo y el Pollo la sigue, para descubrir que se estaba citando con su novio en un bar. Cuando vuelve a la casa encuentra a Ricardo en la esquina, quien le muestra su documento como señal de que el Negro Pablo lo está buscando y le señala que la puerta de la casa estaba abierta, señal de que alguien había entrado y los estaba esperando. En silencio, entran con palos a descubrir al ocupante y oyen golpes que retumban. En un cuarto encuentran a un hombre que reacciona violentamente y armado, exigiéndoles identificarse. Dice ser Miguel, un viejo inquilino de la casa, y lo demuestra mostrando un escondite bajo los tablones del piso, lleno de armas de todo tipo. Ricardo discute con el Pollo, asustado por la presencia de Miguel, y el Pollo le explica cómo son los códigos okupas. Además, agrega que a él le conviene, porque ahora que está siendo buscado por el Negro Pablo, las armas del nuevo ocupante pueden serle útiles. Ricardo desconfía del Pollo y le recrimina que lo está manipulando para quedarse con la propiedad, y se pelean. Miguel los separa, y el Pollo se va de la casa. Miguel charla con Ricardo, que le cuenta el drama del Negro Pablo, y él le explica que no ahora no tiene otra opción que matarlo. Luego de un día largo en la demolición de un galpón industrial, llegan Chiqui y Walter con un pavo que les dieron por único sueldo. Chiqui mata al pavo para comerlo y se pelea con Walter, que pretendía quedarse con el animal y criarlo, y termina yéndose de la casa. Llegada la noche Ricardo va a la habitación de Miguel, quien le muestra una manera de escapar de la casa por una cañería de agua donde además tiene una galería para practicar tiro, y aprovecha para pedirle que lo ayude a “curtirse”. Aprende a disparar y le pide a Miguel que le enseñe a robar. Finalmente, van al Parque Lezama y Ricardo busca “afanar” a su primera víctima.
Capítulo 8: El Pollo de Troya
Ricardo se intimida por su primera víctima y desiste de asaltarlo. Vuelve quejándose, y Miguel le exige que concrete un robo, porque ya está cansado de su miedo. Lo desafía, exigiéndole la alianza matrimonial de un hombre que baja la barranca del parque. Ricardo consigue robarle, aún estando muy asustado, pero es descubierto por un policía y tiene que correr. El oficial lo detiene, pero Miguel lo asalta por la espalda y le exige que se olvide de lo ocurrido, rescata a su amigo y ambos empiezan a correr. Miguel le explica que si asalta a “un gil” no debe mirarlo a los ojos porque sentiría pena, y Ricardo confiesa que no quiere volver a intentarlo, pero Miguel le explica que "una vez que te salió ya está, no parás". El Pollo asalta a un hombre y encara a Clara en la calle, para cortar su relación con ella. Luego, descubre al "mulo" del Negro Pablo caminando por el barrio y lo sigue hasta una sala de fichines. Walter finalmente vuelve a la casa y le pasa el teléfono a Ricardo: es el Pollo, que quiere encontrarse con él, así que se viste y sale a buscarlo, mientras Walter y el Chiqui comienzan a reconciliarse después del incidente con el pavo. Ricardo llega a la sala de fichines y El Pollo se pelea ruidosamente con él para llamar la atención del “mulo”, que está al fondo del local jugando al pool y no es visto por Ricardo, mientras ve toda la escena. Finalmente, siguen la discusión en la calle y el Pollo le pega una trompada a Ricardo, asegurándose de que el mulo del Negro Pablo haya visto toda la escena. A la mañana siguiente, Walter y Chiqui llevan la planta de cannabis a un terreno baldío en el microcentro, un rincón secreto conocido por el Chiqui, y Miguel lleva una tele4 a la casa. Mientras, Ricardo está en crisis por su pelea, encuentra al hombre que asaltó la noche anterior e intenta devolverle lo robado sin éxito. Frustrado, se sienta en la Plaza Houssay, pasa por la Facultad de Medicina adonde abandonó sus estudios, y se encuentra con Florencia, una compañera de la cual estuvo enamorado cuando cursaba, pero no logra seducirla. El Chiqui saca un arma de Miguel a escondidas, para entregársela en la Plaza de los dos Congresos al Pollo, quien busca en una comisaría a La Turca, una vieja amiga que está presa. Mientras, una banda de hombres armados irrumpe en la casona, pero Miguel y Ricardo logran echarlos, calzados con armas largas. Aunque primero piensan que los envió el Negro Pablo, ellos confiesan que fueron contratados por el primo de Ricardo. El Pollo habla a través de las rejas de una celda con La Turca, para pedirle un trabajo porque necesita dinero para los títulos de la casa. Ella acepta, bajo la condición de que lo haga con el Negro Pablo y resuelvan la pelea que tuvieron. Mientras el Chiqui y Walter plantan cannabis en el baldío, Ricardo sigue robando en las calles. En una murga, el Pollo busca al Negro Pablo para conversar acerca del trabajo para La Turca.
Capítulo 9: El Guardian
El Negro Pablo le recrimina al Pollo el haberlo abandonado por “los giles” que ahora tenía por amigos, pero acepta ir a ver a la Turca entre los dos, aunque todavía no acepta trabajar con el Pollo. Mientras, Miguel y Ricardo buscan al abogado, y aunque sólo tienen $250, Vacca acepta y les hace firmar los títulos de propiedad de la casona. Por otro lado, un oficial de justicia toca a la puerta de la casa y anuncia al Chiqui que si no se van, en diez días procederán con un desalojo. Ricardo le hace un regalo a Sofía para reconciliarse, y le pide que se mude con su hijo a la casona, pero ella le confiesa que no confía en Miguel, ya que cuando se fugó abandonó a su esposa y a su hijo, y le advierte que no se confunda, porque “Miguel no es El Pollo”. En Plaza Constitución, El Pollo busca a Quico, un viejo amigo que ahora trabaja como taxista, para pedirle un contacto a cambio de un porcentaje de lo que consiga en el robo. Así, llega a El Tano, que trabaja en una empresa de transportes, y le pide los datos de uno de los coches para asaltarlo. Ricardo encara a Miguel y le propone hacer un asalto de mayor escala, pero éste le dice que todavía le falta curtirse, y necesita poder andar solo por las calles antes de organizar algo más ambicioso. Mientras, el Negro Pablo prueba al Pollo para comprobar su fidelidad: lo lleva a Plaza Houssay, (adonde Ricardo está asaltando a una víctima para seguir practicando como ladrón), y le da un arma con una bala para que juegue a dispararle a su ex-amigo como desafío. El Pollo aprieta el gatillo, pero por azar, le toca una recámara vacía. Para terminar de reconciliarse, Pablo y el Pollo comparten unos vinos en una fonda, y terminan peleándose con el barman y robándose un sifón de soda y un tetra brick. El Pollo charla con el Gitano, el mejor amigo de su padre, sobre su plan para deshacerse del Negro Pablo y el miedo a que algo salga mal. Como viejo bombero, el Gitano le recomienda que haga un "contrafuego": que no se puede ser "presa y cazador al mismo tiempo". Luego de pedirle plata a la madre de la "Turca", el Negro Pablo, el Mulo y el Pollo visitan al Gitano para comprarle armas, pero éste no acepta el dinero y les da los fierros en comodato, esperando que le paguen una vez concretado el asalto. Aunque la plata debía guardarse como respaldo durante el robo, el Negro Pablo elige gastarla en cocaína y prostitutas, y el "Mulo" pasa a un telo con dos travestis. Reconociendo el locutorio que van a asaltar en San Telmo sentados en el auto que robó el Mulo, ven pasar a otros que también parecen estar fichando el lugar para robar, y el Negro asegura que los conoce. Mientras, Chiqui y Walter roban unas bicicletas y se van a fumar marihuana de su plantita, procesado con aceto balsámico y limón en un sartén, según una receta de Walter. Ricardo sigue asaltando en Plaza Houssay y casi lo detiene la policía, pero logra escapar. Miguel le dice que tiene que borrarse, ya que no puede robar siempre en el mismo lugar porque probablemente lo identifiquen y la Policía llegue a arrestarlo a la casona. El Mulo, el Negro Pablo y el Pollo esperan en una esquina para dar el golpe. Al final del capítulo llega el camión de caudales, pero aparece la otra banda que tenía las mismas intenciones.
Capítulo 10: Miguel
El Negro Pablo propone hacer "teca y teca, sino vamo a perder acá" que significa un bolso de guita cada uno. Pollo le hace un ademan al mulo de "degollar" que el "mulo" interpretó, como corresponde, salir a dar una mano. El mulo salió y les sacó el bolso a los otros chorros y encima les pinchó una rueda del auto con un balazo. Eso era lo que pretendía el Pollo, que cometa algo con una falta de códigos de esas características y trata de explicar que en realidad la seña que hizo era que si se bajaba "lo mataba". A partir de ahí el Pollo provoca sistemáticamente al "mulo" tratando de ponerse al Negro Pablo a su favor. Cuando van a devolver los fierros, el Pollo dice que no va a ir con ellos, ya que no quiere que lo vean ahí adentro con el Mulo. Van el Negro Pablo y el "Mulo". El "Gordo" les acepta los "fierros" pero no la plata porque "está manchada con sangre". El Negro Pablo intenta desmentir, pero se van después de un poco de agite ante la agresión de todos. El contrafuego funcionó, ahora estaban atemorizados porque los andaban buscando. No pueden "cazar" a Ricardo si son "presas" de otros tipos a la vez. El Pollo va a buscar a todos a la casa para borrarse, y encuentra a Ricardo con la cabeza rapada, y una actitud más curtida, y no quiere irse. A la noche caen los amigos de Miguel y hacen una fiesta. A la mañana ya no había nadie, Miguel se borró. Ricardo consigue de casualidad el diario Crónica (se lo roba a Peralta para usarlo de papel higiénico) pero mientras lo ojea descubre que un tipo que comió sandía con él en la fiesta de la noche anterior estaba muerto. Aparecen unos policías de civil buscando a Miguel. Ricardo consigue hacerse el desentendido. A la noche llega Miguel que le pide que al que llegue le dispare, que lo banque esta vez hasta que consiga ayuda. Lo deja en la casa con un arma sin balas, la policía llegando (murió un policía con el gordo que comió sandía). Ricardo se da cuenta y se escapa por la salida de emergencia hasta que al final de un pasillo encuentra la luz y sale corriendo entre riendo y llorando, a la calle.
Capítulo 11: Adiós y buena suerte
Los pibes (Walter, Chiqui y el Pollo) duermen en un baldío donde plantan marihuana. Ricardo aparece en los pasillos del subte. De repente le dan unas monedas. Un pibe lo mira, él llora. Vuelve a la casa midiendo cada paso antes de entrar. Paralelamente Seve, que dormía con el resto de los pibes, se escapa y sigue a un paseador de perros que lo empieza a echar. Cuando vuelve al baldío la puerta estaba cerrada. Se va para la casa Okupa de siempre. Ricardo ve entrar a Severino y entra atrás de él. Le pregunta por los pibes. Pasa un tiempo y de repente aparecen todos que estaban buscando a Seve. Ricardo les pide a todos que se queden. Caen los policías de civil otra vez. Se lo llevan a Ricardo a la Comisaría. En la Comisaría Ricardo insiste que no conoce a "Miguelito", "el de Mafalda?" pregunta en chiste. La yuta lo amenaza con armarle una causa si lo vuelve a ver por el barrio. Él pide que le regalen un mapa. Sale a la calle, empieza a caminar. Atrás estaban los pibes. Todos unidos nuevamente. Suena "la cereza del zar" de Pescado. De repente están tomando una birra y Ricardo plantea un viraje. Dice "un chico me miró". Lo resuelve, gastadas mediante, con un "me voy de viaje por mi país y ustedes son mis invitados, carajo". Empiezan a debatir sobre si viajar o no. En el medio de la nada, todos juntos, pero sin nada deciden que no es tan mala idea irse. No tienen nada para perder después de todo. Van a Retiro y sacan pasajes de larga distancia. El Pollo se va "a visitar a una amiga" y el resto siguen para la casa. Ricardo le planteó a la prima devolverle la casa a cambio de 500 pesos (previo a la devaluación e inflación, era bastante). El Pollo le deja un regalo a la Turca, la "ñeri" que estaba en cana de alguna que les salió mal con el Negro Pablo. De repente todos entran a la casa, el último día en esa casa. Preparan un asado. Noche de revelaciones. Ricardo aclara "la experiencia que viví me la como y la uso para algo positivo". Pollo responde "mientras que la experiencia no te coma a vos". Walter le enseña a bailar rolinga a Chiqui. Llega Clara, viene con un custodio. Cenan el asadito normalmente. Aparece Sofía y Ricardo se quiere despedir de ella bien. Ella no, le aclara que es un pendejo, que ahora se va a buscar nuevas aventuras y que no va a volver. Chiqui y Walter van a escuchar a los Rolling, mientras el de seguridad va al baño. Se quedan solos Clara y el Pollo. Él último aclara que no le gusta ser segundo de nadie. Ricardo le regala la guitarra a Sofía como muestra que va a volver, la despide en la puerta. Walter le pide un segundo a Ricardo, antes que siga. Van a escuchar el tema por el cual él se enamoró de los Stone. Se escucha la puerta abrirse de manera violenta e irrumpe el Negro Pablo al grito de "dónde estás, negro puto? Salí." Todos (menos el custodio que estaba en el baño) se esconden en uno de los innumerables recovecos que tiene la casa Okupa. El Negro Pablo le pone un tiro al de seguridad que salía del baño. Los van a buscar por la casa. No los encuentran. Los van a buscar por el barrio. Salen del escóndite, lo encuentran al de seguridad. Se lo lleva Clara en un taxi a un hospital. Le habían dado en la pierna. De repente lo encuentran al perro, Severino muerto. Seve tenía en el cuello el regalo que le dio el Pollo a la Turca. Buscan al "gordo" que les da un auto y fierros. El gordo le pide perdón al Pollo ya que por la falta de tiempo no son los mejores fierros que se podían conseguir. Walter conduce y van a buscar al Negro al Docke. En el camino el Pollo reparte las armas, dándole una escopeta al Chiqui quién afirma que no la necesita ya que no va a tirar. Al llegar dan con el Negro Pablo que estaba comprando y el Pollo le tira desde el auto pero se le traba su revólver. El Negro huye y busca refuerzos, de repente "se pudre todo" y todos salen a tirarse. Ricardo va tras el Negro Pablo lo corre, lo alcanza y le dispara, matándolo y quedando tieso de culpa. Walter sale al frente en el tiroteo al grito de "concha de tu madre, me mataste al perro, puto". Chiqui, previo persignarse, sale del auto con la escopeta y empieza a los tiros, obligando a los otros a retroceder. Tras ganar terreno lo busca a Ricardo que seguía congelado al lado del Negro Pablo moribundo y le dice "vamos que en cualquier momento se pudre todo". Se van lentamente pero el mulo del Negro pasa corriendo los ve y le intenta dar un tiro a Ricardo. Chiqui se da cuenta y lo cubre. El Chiqui cae y Ricardo sale de su trance. Lo llevan al auto, dicen de ir a un hospital. El Chiqui pide ir a la casa. Muere finalmente en la casa, feliz, con la sonrisa de siempre. Ricardo dispara contra el vitreaux que lo hizo pensar en ir a buscar al Pollo al Docke. Lo entierran entre árboles, bajo una tormenta impresionante. Y cada uno se va para un lado diferente. Walter es quien más lo llora. La policía, por otro lado, llega a la casa. Investigan. Uno le saca la pausa al equipo de música y empieza a sonar "My girl" por los Stones.
donde se pueden ver los capítulos?
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ResponderEliminarDónde se ven los capítulos?
ResponderEliminarDónde se ven los capítulos?
ResponderEliminarDonde puedo verla en buena calidad?
ResponderEliminaren Netflix
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