
Tan inusual que casi parecía que no estaban ahí.
Tuve que verlos un par de veces para convencerme de que eran reales y tangibles.
Aparecieron con su estética perfectamente formada y coherente, pero en esos primeros recitales su música estaba oculta en un manto de electricidad casi insoportable.
La banda no terminaba de acomodarse, era una oleada de energía incandescente, dos voces aullando incomprensibles abusando impunemente del público.
Lo que primero llamaba la atención era la extraña belleza que tomaba el escenario ...
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