
Kim, quien por aquel entonces ya había pasado por la cama de Rod Stewart, era una hermosa joven algo tímida de lago cabello rubio y sedoso, de piel de porcelana, ojos azules y una sonrisa alegre, era todo lo que una estrella del rock solía buscar.
Se quedó embarazada y se casó con Keith, pero pronto las palizas se convirtieron en algo habitual, lo que causó que Kim lo abandonara.
El mismo año en que murió Keith Moon se casó con el pianista Ian McLagan.