Debbie Harry era una chica más que decidió, a los 19 años, dejar Nueva Jersey y se plantó en Nueva York.
La cantante cuyo icónico color de pelo da nombre al grupo encadenó varios trabajos para sobrevivir mientras buscaba la oportunidad de triunfar en la música. De hecho, llegó a ser conejita de Playboy llegando a declarar incluso que "el sexo es una cosa cool".
En los años en los que trabajó en la revista erótica conoció y se enamoró del guitarrista Chris Stein, y gracias a las fotos que acompañaban a las maquetas, las discográficas se fijaron en esta nueva banda: Blondie.