Si el hombre simplemente se sentara y pensara en su fin inmediato
y en su horrible insignificancia y soledad en el cosmos,
seguramente se volvería loco, o sucumbiría a un.
Porque, podría preguntarse:
¿Por qué debería molestarme en escribir una gran sinfonía,
o luchar para ganarme la vida,
o incluso amar a otro,
cuando no soy más que un microbio momentáneo en una mota de polvo dando vueltas por la inmensidad inimaginable del espacio?
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