Shelter (Podslom) es una película búlgara del año 2010 y llama la
atención.
¿Por que? Por tratar la transformación de un chico de 12 años
en Punk. Y un espectador de más de 30 años se preguntará de inmediato
¿existen los punks todavía? No que se habían muerto con Sid Vicious, que
The Clash se vendió al vil dinero o que Los Ramones armaron la banda en
el cielo. No señores, al parecer aún existen y se reproducen en
Bulgaria.
El director, Dragomir Sholov, quiere mostrar una familia en tensión, en
franca descomposición al mostrar al hijo de 12 años transformarse en
Punk. Al parecer el entorno donde ha crecido Radostín (el niño candidato
a Punk) es el ideal para que se haga punk: un padre autoritario y una
madre negadora de la realidad. Además la escenografía del hogar, social y
la urbana no ayuda: una ciudad gris, llena de edificios en bloque, sin
gracia ni belleza, al igual que muchos barrios de Santiago (Villa Los
Presidentes o Rotonda Rodrigo de Araya por ejemplo sería una Bulgaria
sin problemas, imagínense si la Unidad Popular hubiese triunfado,
Santiago sería una ciudad gris como pocas) como que hacen que los
habitantes más pequeños se predispongan a hacerse punks como es el caso
de Radostin, el niño candidato a Punk.
Shelter/Podslom parte con la desaparición de Radostin o Rado, quien
debió de volver un viernes en la noche, pero se aparece el lunes en la
mañana, pero el pequeñin vuelve acompañado de una chica algo mayor,
punk. El padre no sabe que hacer, la madre feliz con la presencia del
pequeño vuelto al redil, pero al rato, llega otro invitado: un punk,
Tenx, aparentemente un fiel seguidor de los ya casi jubilados The
Exploited. Los invitados (la chica y Tenx) se quedan a comer , generando
todo lo que viene después.
Shelter/Podslom es un filme que usa al chico que quiere ser punk para
mostrar la incapacidad de algunos de adaptarse a lo que sucede, de no
ver que muchas veces los cambios son más profundos que lo que parece y
tener una vida segura no es garantía y que eso es una fachada para tapar
las miserias cotianas y eso Dragomir Sholov lo muestra con una gran
maestría al mostrar en un filme de ambiente gris, la crisis de la
familia poscomunista que no se adaptó a los cambios que significó la
caída del muro.
Que raro se siente ver el posteo que uno escribió hace mucho tiempo en otro blog. Saludos
ResponderEliminarhttp://divagacionesdelpato.blogspot.com
De ahi lo sacamos. Asi eso. A compartir.
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