
Los critters se han trasladado. Su nuevo lugar para cenar está en Los Angeles, en una modesta zona de apartamentos, donde quieren devorar a sus habitantes. Su manera de llegar allí desde Grobers End es en el vehículo de una familia que para en una zona de descanso cercana al pueblo y en el que se montan sin que sus viajeros se percaten. Por suerte para los humanos hay un nuevo cazarecompensas espacial, Charlie, un borrachín huido de Grobers End que ahora caza y elimina critters.
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