Es increíble aceptar que aún vivimos bajo estas condiciones:
protestas y haces topless, mereces ser apedreada hasta el último
suspiro. Ojo, mujeres.
Es el caso de Amina, una joven tunecina de 19 años que está condenada, según una fatwa, pronunciamiento legal del Islam de eruditos religiosos, a recibir 10 latigazos y a ser lapidada hasta la muerte en público. Esto sería prueba de que las autoridades de Túnez rechazan la manera en que protesta: topless. O, mejor dicho, simplemente rechazan la idea de que una mujer pueda tener voz de protesta.
Es el caso de Amina, una joven tunecina de 19 años que está condenada, según una fatwa, pronunciamiento legal del Islam de eruditos religiosos, a recibir 10 latigazos y a ser lapidada hasta la muerte en público. Esto sería prueba de que las autoridades de Túnez rechazan la manera en que protesta: topless. O, mejor dicho, simplemente rechazan la idea de que una mujer pueda tener voz de protesta.
Eso no es todo, consideran hacerlo en público, porque
aparentemente a este acto le precede una función didáctica, la cual para
muchos se esconde -totalmente -en la violencia absurda. De esa manera,
se considera a Amina como un mal ejemplo y otras chicas no querrán
repetir sus actos.
Lo que hizo que catalogaran a Amina como
“futura mujer a lapidar”, fue el impetuoso acto de difundir una
fotografía suya en topless con una frase en árabe que apelaba a los
derechos de la mujer: “Mi cuerpo es mío y de nadie más”. Una afirmación
válida y difícil de discutir para nuestro rincón del mundo, mas no para
territorios lejanos como Túnez.
“Amina quería destacar y llamar la
atención al posar desnuda. Esto refleja que la chica no tiene nada que
perder y no es consciente de lo sagrado de la mujer. Estas acciones
deben ser tratados para evitar posibles desastres”, dijo Almi, uno de
los miembros de la Fatwa, quien anunció la condena.
Amina asegura
ser integrante del grupo feminista “Femen”, en el cual las mujeres
desnudan sus torsos para llamar la atención. No hace mucho, llegó a
nuestros oídos la noticia de dos mujeres del Femen, que protestaron en
contra del nuevo Papa, frente al Vaticano: “No more Pope”, exclamaban.
La
publicación de Amina en Facebook generó más de tres mil 700 “me gusta” y muchas frases de apoyo y a favor de los derechos de las
mujeres tunecinas. Claro, no faltaron miles de comentarios a favor de su
condena y quienes tomaron la batuta del asunto fueron sus propios
familiares. La consideran una ofensa al Islam, tanto como al pudor
femenino:
“Somos una familia musulmana y no podemos aceptar estas
prácticas que han afectado gravemente no sólo a nuestra imagen, sino la
imagen de la mujer tunecina y nuestra religión, el Islam”, afirmaron los
familiares en un mensaje expandido en Internet en el cual se
manifestaba la vergüenza.
Por otro lado, Amina nunca imaginó que
su condena sería la muerte en el peor de los casos: “Es sólo una manera
de pasar un mensaje. Era la única manera de que fuera visto, no fue por
motivo sexual, sólo para emitir el mensaje, para defender los derechos
de la mujer”, declaró. A pesar de las medidas que se tomará, Meriam,
otra mujer tunecina, se encargó de difundir otra fotografía similar en
la página de Femen, que decía: “Nadie debería tener el poder de la vida o
muerte sobre nosotras. Apoyo a Amina y a todas las mujeres árabes”.
Como le sucedió a Amina, Meriam fue víctima de acoso sexual, amenazas de
muerte y un sinfín de críticas en las redes sociales.
Gracias Vale
Fuente: La Jornada en línea
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